El juego perfecto para cumplimentar Breath of the Wild y Tears of the Kingdom
No pilla de nuevas que veamos la serie The Legend of Zelda adentrada en el género de los musous y es que La Era del Destierro es la tercera entrega de esta temática. Eso sí, este videojuego es el más especial hasta la fecha fuera de los títulos de la serie que presenta la “serie principal”. Estamos ante un musou, pero en esta ocasión la unión con Breath of the Wild y Tears of the Kingdom es mucho más grande e importante, no como pasó con Hyrule Warriors: La Era del Cataclismo. Nos encontramos ante una importante ampliación a nivel narrativa de los acontecimientos de los títulos principales de Nintendo Switch, ya que aquí vivimos los inicios de aquel antiguo conflicto contra Ganon que ocurrió muchos años antes que lo vivido en Breath of the Wild. Y queremos hacer hincapié en la importancia argumental remarcando el peso que tienen las escenas de vídeo y conversaciones que esta aventura nos prepara. Un título importante, que no indispensable, para completar la historia de Breath of the Wild y Tears of the Kingdom, pese a ser un género jugable totalmente diferente.
Si estás leyendo este análisis damos por hecho que has jugado a Tears of the Kingdom. En caso contrario te recomendamos pasar al siguiente párrafo ya que vamos a explicar brevemente en que consiste La era del Destierro, y para ello tenemos que hablar del título citado. Como bien sabréis, Zelda viaja al pasado, a la época en que se cuece el primer gran enfrentamiento de Ganondorf y sus fuerzas demoniacas contra el reino de Rauru y Mineru, junto a los cinco sabios de la época antigua. De esta forma vamos a vivir en primera persona esas vivencias de Zelda para volver a su presente, las mismas que conocimos por encima en Tears of the Kingdom, pero ahora con todo lujo de detalles. Sin lugar a dudas la historia es muy interesante y es capaz de depararnos algunas sorpresas pese a conocer previamente el grueso del conflicto.
Un nuevo musou de The Legend of Zelda
Ante nosotros tenemos una experiencia clásica de musou donde se adaptan mecánicas y conceptos de The Legend of Zelda. A grandes rasgos el desarrollo de los niveles nos lleva a enfrentarnos a hordas de enemigos simultáneamente que caen con pocos golpes, algunos de rango mayor que requieren un enfrentamiento más directo y meditado, así como los más feroces que hacen la función de “grandes jefes” y que disponen de una barra de salud mucho mayor. ¿La razón de todos estos enfrentamientos? Nos encontramos en escenarios cerrados que debemos ir recorriendo a medida que cumplimos los objetivos que se nos encomiendan, de forma que vamos recuperando fuerzas en el terreno y mermando la amenaza enemiga. Así mismo esto nos lleva a desbloquear rutas que facilitan nuestro avance o el de nuestros camaradas. Por si había alguien que no sabía que era un musou, esto es un resumen bastante condensado, pero que sirve para hacernos una idea. Es posible que la idea de machacar enemigos a primera vista no sea muy intensa o interesante, pero lo cierto es que el género genera una satisfacción al acabar con tantos enemigos que es muy satisfactoria. Y como hemos comentado antes, si a esta fórmula le añades la temática de The Legend of Zelda o algunas mecánicas vistas en sus últimos juegos, el cóctel es aún más satisfactorio.
Una de las cosas que hace que los musous sean realmente divertidos viene de la mano de los clásicos sistemas de combos. En La Era de Destierro, al igual que en tantos títulos del género podemos crear casi todos los combos con solo dos botones. Esto, unido a ver que los enemigos caen por decenas hace que nos veamos realmente poderosos. Ahora bien, ahí no acaba la profundidad del juego. Existen ataques combinados con compañeros, movimientos definitivos, y una serie de habilidades especiales, sin olvidar las herramientas. Son muchas las posibilidades, y sacar partido a todas ellas hace que la experiencia sea realmente divertida. Además, especialmente contra los enemigos que requieren más dedicación, no debemos perder de vista acciones como los bloqueos o las esquivas, así como emplear las acciones exclusivas que se requieren para contrarrestar ciertos ataques, por lo que usarlas sin ton ni son puede provocar que recibamos un gran daño al no poder defendernos como corresponde.
Un factor muy importante en el desarrollo de las batallas son los artilugios zonan que conocimos en Tears of the Kingdom, y sí, la batería para emplear estas es un factor que aquí vuelve a estar presente. Usar estas herramientas aumenta aún más las posibilidades dentro del combate y también aumenta nuestro potencial. Ahora bien, si las habilidades especiales o acciones especiales que hemos mencionado previamente requieren que se recargue su uso, con los artilugios zonan tenemos que tener presente su nivel de batería. Al emplearlas este indicador disminuye, haciendo que nos quedemos vendidos en caso de llegar a cero. Su recuperación es lenta, pero si queremos agilizar esto debemos conseguir y equiparnos baterías con las que recargarlos. Un elemento novedoso que no acostumbramos a ver en otros musous es la implementación de los campamentos, y es que estos lugares de descanso y recuperación que podemos instalar en puntos concretos también nos sirven para otros cometidos como alterar algunos parámetros que pueden afectar al desarrollo de la misión.
Los escenarios de cada misión son cerrados, unos más amplios que otros. A diferencia de los juegos que sirven de punto de partida para este, no tenemos ante nosotros todo el mapa de Hyrule, o al menos no de forma que podamos recorrerlo libremente. Lo que sí persiste respecto a Tears of the Kingdom es la diferencia de los tres mapas de Hyrule: tierra, subsuelo y aire. En estos mapas podemos seleccionar las misiones en las que deseamos adentrarnos, y en cada una de ellas se nos encomienda un nivel recomendado de personajes. Así mismo hay cantidad de encargos opcionales que simplemente nos llevan a entregar diferentes materiales que conseguimos durante las misiones, o los retos que nos encargan de realizar movimientos o acciones determinadas con cada personaje un número determinado de veces. En este sentido todo el contenido secundario no se hace cansino, ya que pese a ser repetitivo, no quita apenas tiempo.
Como viene siendo costumbre en estos títulos vamos desbloqueando personajes nuevos, así como mejorando aquellos con los que jugamos. Y antes de que te lo preguntes, y por motivos evidentes, Link no está en el listado de personajes. Ahora bien, podemos controlar a casi una veintena, partiendo desde Zelda como principal reclamo, y pasando por Rauru y Mineru, o personajes de las tribus Zora, Goron, Gerudo y Orni, entre otros. Sin olvidarnos de uno de los personajes que más sensación causó en uno de los últimos vídeos presentados antes del lanzamiento del juego: el kolog Calamo. Jugar con cada uno de ellos además nos lleva a desbloquear nuevos combos, así como mejorar sus correspondientes armas si tenemos los materiales necesarios para ello. A la hora de la verdad todos se controlan de manera similar, pero los estilos de combate diferenciados entre ellos hace que tengamos a nuestros favoritos, y que aun así nos veamos obligados a rotar entre ellos en las misiones para disfrutarlos por igual.
¿Era necesario llegar en exclusiva a Nintendo Switch 2?
El rendimiento del juego es bastante bueno y se nota un salto, si lo comparamos con el de los dos anteriores Hyrule Warriors en la primera Nintendo Switch. Por norma general la estabilidad del juego está presente en todo momento, con pequeñas excepciones donde el título cuenta con un número más elevado de enemigos o muchos efectos causados por los ataques y herramientas. El número de enemigos en pantalla también es mayor al del anterior juego. Se trata de un título muy disfrutable tanto para jugar en modo portátil, como para hacerlo en modo televisión. Quizás la tarea pendiente sigue siendo la cámara, la cual en más de un caso nos desubica de nuestro objetivo o nos presenta un punto de vista que no favorece del todo la acción. Otro momento en el que el rendimiento baja un poco es cuando jugamos a pantalla dividida, aunque sin lugar a dudas se trata de un mal menor que nos da la contrapartida de obtener esta modalidad para jugar en cooperativo en una misma televisión.
En lo artístico nos encontramos un título que bebe de lo visto en The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom. Si bien los escenarios algunas veces no destacan demasiado, lo que sí es mucho más notable son los diseños de personajes principales. Las escenas de vídeo están cuidadas al milímetro, haciendo que cada instantánea sea más bonita que la anterior. A esto además hay que añadirle el cuidado doblaje en castellano que vuelve a estar presente. El peso narrativo del juego es uno de sus factores más importantes y es algo que se nota con lo cuidado que están las conversaciones y escenas de video. Con la acción en pantalla lo que más destaca sin lugar a dudas son los movimientos, efectos y partículas que ocasionan los ataques. Retomando lo sonoro el título también recupera alguna de las mejoras melodías que habíamos escuchado previamente, así como reformula algunas.
Si eres fan de los musous pero no de The Legend of Zelda es posible que este título se te quede un poco corto en aspectos como la profundidad de sus mecánicas o incluso la duración, por lo que entonces deberías seguir la pista a otros títulos como Dynasty Warriors: Origins. Si por el contrario eres fan de Zelda y no has jugado un musou antes te recomendamos que le des una oportunidad, ya que al final son juegos que se hacen muy divertidos y dinámicos. Además Hyrule Warriors: La Era del Destierro cuenta con selector de nivel de dificultad, por lo que puedes adaptar la experiencia a tus habilidades en el caso de necesitarlo.
CONCLUSIONES
Hyrule Warriors: La Era del Destierro es el mejor de los tres Hyrule Warriors que tenemos hasta la fecha. El título funciona realmente bien en Nintendo Switch 2 y notamos ese salto que hace que el título no haya salido a la venta para la anterior híbrida de Nintendo donde ya los dos anteriores juegos no funcionaban todo lo bien que deberían. A nivel narrativo se convierte en un título con un peso importante para la historia que hemos vivido con Breath of the Wild y Tears of the Kingdom, ya que nos amplía lo que ya conocíamos por encima de los acontecimientos previos a lo acontecido en estos juegos. A nivel jugable es un musou bastante redondo y divertido, pero con una profundidad un poco inferior a los grandes del género. Si eres fan de The Legend of Zelda no deberías perdértelo.
Copia digital proporcionada por Nintendo.
